Evaluación física de la persona con cáncer

Evaluación física de la persona con cáncer

Evaluación física de la persona con cáncer

 

Sobre el autor: 

Gonzalo Reverte Pagola

  • Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Sevilla.
  • Máster en Actividad Física y Salud por la Universidad Europea de Madrid.
  • Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Sevilla.

Este post trata acerca de las principales evaluaciones que podemos realizar a una persona con cáncer que va a empezar un programa de entrenamiento con nosotros. Tratamos de responder a la pregunta que muchos entrenadores y entrenadoras nos hacen llegar:

¿Qué test podemos realizar a un cliente con cáncer para conocer su estado físico y ajustar las dosis de entrenamiento? 

Aunque estamos en un marco de ejercicio y cáncer, realmente los test no son específicos para esta población (como casi todo lo relativo a entrenamiento que vamos a poder aplicar a una persona con cáncer). Esta enfermedad muestra una sintomatología y afecciones muy heterogéneas en la población, por ello planteamos una serie de pruebas asequibles para la mayoría de los clientes que nos vamos a encontrar. Basándonos en estas pruebas, podemos ir creando nuestro plan de trabajo, e incrementar el nivel cuando sea preciso.

Por otro lado, consideramos interesante dividir los diferentes tests que aparecen a lo largo de toda la literatura en un bloque de tests basados en evidencia científica, como no puede ser de otra manera. En los test que planteamos en este post, encontraremos ambientes clínicos y de laboratorio porque son tests máximos e incrementales (los mencionamos porque consideramos que son relevantes y los debes conocer, pero como bien sabes, los test máximos no se pueden realizar fuera del entorno sanitario). 

Además, hablaremos del test de Bruce, Balke, Naughton y los propios de supervivientes de cáncer.

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Evaluación de la condición cardiovascular

¿Qué tipo de tests podemos llevar a cabo para evaluar la condición cardiovascular de una persona diagnosticada con cáncer?

Por un lado, tenemos el test de Astrand y, por otro, el 6-minute walk test, que son dos tests en los que nuestro cliente no alcanza niveles muy altos de frecuencia cardíaca. 

Test de Astrand.

Para este test solamente necesitamos un metrónomo (un dispositivo que emite un sonido regular a intervalos de tiempo específicos. Lo usamos en los test de evaluación para establecer el ritmo y la velocidad del ejercicio) y un escalón. El escalón deberá tener una altura recomendada de 33cm para hombres y 44cm para mujeres.

Se trata de una prueba en la que durante 5 minutos el cliente debe subir y bajar el escalón en cuatro tiempos. El ritmo es de 22.5 ciclos completos/min. 

Esto se regula mediante un metrónomo a 90 ciclos/min, cada señal del metrónomo corresponde a un movimiento.

Se mide la frecuencia cardíaca (FC) en el minuto 5 y a partir de este dato se lee el Vo2max.

Test 6-minute walking.

Todavía más sencillo, ya que solamente necesitamos un espacio de unos 30 metros de largo. En este test el cliente tiene que realizar el mayor número de metros posible caminando durante seis minutos.

De esta forma y mediante una serie de ecuaciones basadas en la distancia recorrida durante la prueba y en la frecuencia cardíaca alcanzada al finalizar la misma (estas ecuaciones son solo estimaciones y que el VO2 máx real puede variar según las características individuales de la persona), podemos obtener su nivel máximo de consumo de oxígeno, pero es también interesante fijarnos en el número de metros que alcanza. Si la persona empieza con un nuevo programa de entrenamiento, podemos volver a realizar el test, ya que solamente se tarda seis minutos en hacerlo y así, podremos analizar la progresión del cliente. 

La importancia de evaluar esta progresión y de la mejora en la vida diaria de una persona cuando mejora su función cardiovascular es imprescindible cuando hablamos de la salud. Evaluar la condición cardiovascular es evaluar la función cardiovascular global, la reserva cardiopulmonar y la eficiencia del transporte y utilización del oxígeno, y puede desenmascarar mecanismos compensatorios de la función cardíaca anormal, así como defectos en otros órganos vitales. Varios estudios han demostrado que el VO2máx está alterado en personas con cáncer de mama en comparación con controles sanos. Este hallazgo es motivo de gran preocupación dado que un VO2máx bajo se asocia con una mayor mortalidad entre pacientes con cáncer de mama(Peel et al., 2014).

Conclusión: a más metros alcanzados en la prueba, mejor condición cardiovascular y por ello, mejor salud, mejor función cardíaca y vascular, menor riesgo de mortalidad. También, a nivel de calidad de vida, que un paciente pueda andar más metros se traduce en ser más autónomos y no vivir “asfixiados”.

Evaluación de la fuerza

Cuando hablamos de fuerza decimos que es la capacidad de producir y generarla tanto en miembros inferiores como en miembros superiores. 

En este post proponemos cuatro formas de evaluar la fuerza: 

Test Hand grip.

Es una prueba que mide la fuerza de prensión manual, nos habla del tren superior y se utiliza en un ambiente muy clínico. Para utilizarla necesitamos un dinamómetro manual. Es un dispositivo utilizado para medir la fuerza de agarre o la fuerza muscular en la mano y el antebrazo de una persona. Suelen ser de plástico, con un muelle y un indicador que al cogerlo con la mano y cerrarla, mueve el indicador, pudiendo ver así el nivel de fuerza de la persona que lo está usando). 

La fuerza de prensión manual es un indicador de la fuerza muscular general que ha sido ampliamente utilizado en evaluaciones clínicas e investigaciones científicas debido a su practicidad y bajo coste. Estudios anteriores han demostrado la capacidad de la fuerza de prensión manual en pacientes con cáncer como marcador del estado clínico y nutricional, un predictor de disminución de la funcionalidad y la capacidad funcional, y como predictor de peor calidad de vida relacionada con la salud y mortalidad en pacientes con cáncer de mama. Referencia (Fuente: Silva et al., 2022).

Podemos ir evaluando la fuerza de prensión manual y ver cómo el paciente avanza por los diferentes percentiles, con lo que ello conlleva en la mejora de salud.

Adjuntamos la siguiente tabla, con los valores de referencia y mediciones en Kg. Así podemos saber el percentil al que pertenece el paciente.

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Test Sit to stand.

Es la segunda prueba en la valoración de la fuerza, que podemos realizar en nuestros servicios con los clientes.

Este test es mucho más funcional. Consiste en levantarse y sentarse de una silla durante 30 segundos el mayor número de veces posibles. Al igual que en los test anteriores, cuanto más, mejor. En este caso, unos valores altos se relacionan con menor riesgo de caídas y fracturas, sobre todo en personas mayores. Si vemos que  la persona está muy deteriorada debido a la enfermedad, podemos compararlo con valores de referencia de personas mayores. Si no es el caso, como en los tests anteriores, al medir podemos evaluar la mejora de la condición física de manera objetiva. 

Test Leg press y el Bench press.

Estos dos tests necesitan cierta experiencia por parte del cliente para que podamos alcanzar grandes intensidades y así conocer la fuerza que tienen al realizar estos movimientos con cargas más altas. Si la persona que evaluamos, nunca antes ha realizado ejercicios, es interesante empezar con una evaluación más fácil y sencilla, como el Hand grip.  

Podemos usar el Leg Press y el Bench Press (repetimos, mejor para personas que ya anteriormente hubieran realizado estos ejercicios), ya que es interesante hacer un test de 5 o 10 RM. es decir, conocer el peso que puede movilizar el cliente a 5 o 10 repeticiones máximas. Este valor nos sirve para poder programar correctamente el entrenamiento y, como siempre, reevaluar periódicamente y conocer la progresión de la fuerza.

Evaluación de la composición corporal

Igual que las pruebas cardiovasculares, existen muchos tests para evaluar la composición corporal. 

DEXA o Dxa.

Se trata de una máquina con una tecnología de análisis de composición corporal que utiliza la técnica de absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) para medir la cantidad de masa ósea, grasa y masa magra en el cuerpo. Nos ofrece un resultado muy aproximado a la composición corporal de nuestro cliente. Su principal inconveniente es su precio. 

La Bioimpedancia, por contra, es asequible tanto en la facilidad en su uso como por el coste que han conseguido algunas marcas que ofrecen una gran variedad de funcionalidades, con un alto grado de fiabilidad, como por ejemplo Biody de Aminogram.

Otro recurso muy recomensable son las evaluaciones antropométricas. Podemos medir el perímetro de la cintura y el de la cadera, así como diversos pliegues cutáneos (tríceps y subescapular).

Los más interesantes y los que discriminan mejor los factores de riesgo cardiovascular son los que miden los perímetros de la cintura y la cadera. Estos evalúan la obesidad abdominal, la cual está íntegramente relacionada con enfermedades cardiovasculares.

La circunferencia de la cintura es un método sencillo para evaluar la adiposidad abdominal, fácil de estandarizar y aplicar clínicamente. Además, discrimina mejor los factores de riesgo cardiovascular que el tradicional IMC (Índice de Masa Corporal). La circunferencia de la cintura está fuertemente asociada con la mortalidad por todas las causas y cardiovascular(Ross et al., 2020).

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Evaluación de salud con informes médicos

Nuestros clientes pueden venir con informes médicos que, por supuesto, hemos de tener absolutamente presentes. Elementos importantes que se deben valorar  son: la fiebre, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la saturación en sangre.

Si una persona con cáncer acude al entrenamiento con fiebre, debe acudir inmediatamente al hospital. No entrenes a tu cliente si se encuentra en esta situación. Es de las pocas contraindicaciones absolutas que encontramos en casos de ejercicio y cáncer

Es básico también fijarnos en la presión arterial. Si está por encima de 200, la contraindicación es relativa y con la autorización del médico podríamos realizar ejercicios físicos. Evidentemente, esto no significa que con presiones arteriales por encima de 200 podamos realizar ejercicios físicos de manera normal, ya que habrá que extremar las acciones y actuar en función de la sintomatología. Entendemos por extremar las acciones a actuar en función de la sintomatología in situ del paciente, ver cómo reacciona al ejercicio.

Es difícil hacer una regla o una norma para extrapolar a todos los pacientes, en función de la enfermedad, del paciente e incluso del día, puede variar todo. Por ello, el entrenador deberá estar muy alerta y estar continuamente preguntando al paciente. No pierdas nunca de vista el principio de individualización).

Con la frecuencia cardíaca pasa algo parecido. Encontramos clientes que tienen una frecuencia cardíaca por debajo de 60, con bradicardia, y clientes que están por encima de 120, con taquicardia. En estos casos, la contraindicación es relativa. La autorización del médico en caso de bradicardia o taquicardia será necesaria para que el cliente realice ejercicio con las pautas que nos dé el facultativo. Sin embargo, en líneas generales, el paciente podrá, y, deberá, realizar ejercicio.

Hablemos de la saturación de oxígeno en sangre. En este caso, por debajo del 88%, la contraindicación es absoluta, pero entre el 89 y el 94% de saturación de oxígeno en sangre, actuaremos en función de la tolerancia del sujeto.

Conclusiones

Muchos de nuestros clientes realizan ejercicio físico para mejorar su calidad de vida. 

Gracias al ejercicio se pueden reducir los dolores articulares, mejorar la fatiga, la calidad del sueño y mejorar los problemas de movilidad que puedan existir. 

Algunos clientes tienen como objetivos reducir los efectos secundarios de algunos tratamientos y/o aumentar la masa muscular, además de mejorar la composición corporal. Para ello, debemos conocer el fitness cardiovascular y para conocerlo es básico realizar entrenamientos cardiovasculares para saber si se está mejorando, ya que está intrínsecamente relacionado con la supervivencia. 

Después debemos sacar conclusiones. Te dejamos dos grandes enunciados con los que debemos quedarnos para poder evaluar la condición física de nuestros clientes

  • Es importante analizar las evaluaciones en función de la sintomatología diaria de nuestro cliente. Antes de las sesiones debemos conocer el estado del cliente para después adaptar nuestros entrenos: cómo ha dormido, qué nivel de fatiga tiene ese día… Como ya hemos comentado anteriormente, existen muy pocas contraindicaciones absolutas, pero debemos ser conservadores. Recuerda que estamos tratando con personas que tienen una enfermedad y debemos estar continuamente atentos a sus síntomas. Si tenemos pulsómetros, debemos estar analizando la frecuencia cardíaca. Es interesante también ver la situación de oxígeno en sangre, pasarle escalas de esfuerzo, de dolor durante las sesiones y ver también cómo va evolucionando. 
  • Debemos estar continuamente revaluando y reajustando los entrenamientos. 

Si quieres aprender más sobre entrenamiento para poblaciones especiales, visita la página de nuestro Posgrado de Especialización en Ejercicio Físico para la Salud. Abrimos las puertas de la formación 3 veces al año.

Un poco más sobre Gonzalo Reverte Pagola

(Número de colegiado 61499)

  • Autor de diferentes artículos de impacto en el área de Actividad Física y Salud.
  • Asistente como ponente a diferentes congresos internacionales y nacionales de salud y ejercicio.
  • Especialista en entrenamiento físico en personas con cáncer.
  • Entrenador en Sano Sevilla Los Remedios, responsable del área de entrenamiento en personas con patologías.

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