Movimiento y salud. Un todo interconectado

Como entrenador/a, tu principal misión es aplicar los conocimientos de las ciencias del entrenamiento para acompañar a tus clientes hacia sus objetivos. Sin embargo, para conseguir estos objetivos, muchas veces será necesario transformar los hábitos más allá de la sala de pesas.

Los cambios en la composición corporal y en el rendimiento deportivo dependen de muchos otros factores más allá del ejercicio físico. Gracias a la relación que hay entre todos estos factores, los entrenadores tienen un papel muy importante para animar a sus clientes a adquirir una visión interconectada de la salud.

En este artículo reflexionamos sobre cómo el entrenamiento puede ser la puerta de entrada hacia otros aspectos que forman el gran puzle de la salud:

  • Nutrición
  • Descanso
  • Higiene mental
  • Relaciones sociales

1-Del ejercicio a la nutrición

La primera relación, y la que suele ser más común, es el ejercicio y la nutrición.

Si bien pautar dietas está en manos de los profesionales de la nutrición, un entrenador debe conocer cómo se está alimentando su cliente, porque será clave de cara a conseguir sus objetivos.

El cliente que quiere ganar masa muscular, ¿se encuentra en superávit calórico?

El cliente que quiere perder grasa, ¿se encuentra en déficit calórico?

Si una persona busca más rendimiento en una actividad orientada a la alta intensidad y otra a la carrera, ¿qué proporción de carbohidratos y grasas comen?

¿Cada cuánto comen los clientes y cómo podría interferir con el ejercicio?

¿Están consumiendo la cantidad de proteínas que necesitan para aumentar o mantener su masa muscular?

El entrenador debe conocer información básica de este tipo cuando evalúa a sus clientes por primera vez, porque la alimentación puede influir positiva o negativamente con el plan de entrenamiento.

A partir de aquí, sin pautar una dieta como tal, el entrenador puede dar a sus clientes recomendaciones generales desde la fisiología del ejercicio. Para acercarse a la meta, probablemente haya que modificar la forma de alimentarse, hacia una más saludable y acorde con el nivel de actividad física. Y como pauta general, basar la dieta en alimentos en vez de “productos”, minimizando la comida ultraprocesada.

Nutrición para el síndrome metabólico

2-Del ejercicio al descanso

Otro pilar del rendimiento deportivo y la salud general es el descanso. Para los entrenadores es importante saber cuántas horas duermen sus clientes y si ese sueño es de calidad. Porque la recuperación y las adaptaciones no se pueden contar solo por días, también hay que contar si entre esos días hay la suficiente calidad de sueño.

Tener esta información no solo es importante al principio sino durante todo el proceso de entrenamiento. Para que un plan funcione debe ser flexible, y si nuestro cliente lleva una mala temporada de descanso, hay que tenerlo muy en cuenta. 

Cuando una persona avanza en su planificación, lo normal es que vaya aumentando el volumen de entrenamiento. Primero dentro de la sesión y después en la frecuencia semanal. Además, también habrá progresión en la intensidad del ejercicio.

Se ha demostrado en varios estudios que las personas que duermen menos tienen más probabilidades de lesionarse. Esta incidencia aumenta significativamente cuando hablamos de 6 horas o menos por noche. La falta de coordinación, concentración y la fatiga acumulada, se notarán en la sesión y pueden ser peligrosas.

Además, la falta de sueño interfiere con las ganancias de masa muscular, y favorece la acumulación de tejido graso. También altera la regulación de la leptina y grelina, las hormonas de la saciedad y el hambre. Esto significa que si dormimos poco, tendremos más sensación de hambre / antojos, y nos sentiremos menos saciados.

Aunque un entrenador no es un profesional del sueño, viéndose en la obligación de conocer los hábitos de descanso de su cliente, puede recomendar prestar atención a este ámbito para que empiece a adoptar hábitos saludables.

Como en la nutrición, el ejercicio actúa como puerta de entrada para cambiar otros patrones relacionados con la salud global del individuo. Y el ejercicio en sí mismo ayuda a conciliar el sueño, así que tiene influencia directa en mejorar el descanso.

Descanso para optimizar la salud

3-Del ejercicio a la salud mental

Otro de los puntos imprescindibles que el entrenador debe tener en cuenta es la situación anímica de su cliente. Saber la presión a la que se encuentra a nivel de trabajo, y conocer posibles eventos que interfieran con su estado psicológico. Esto es clave para modificar la programación y la generación de expectativas respecto al rendimiento.

Y tan válido como cualquier otro motivo, el deporte puede ser un fuerte motivador a la hora de “poner orden” en el resto de situaciones, con el fin de acercarse más a los objetivos. Eso pasa por intentar gestionar situaciones de estrés o ansiedad.

Si bien el estrés agudo tiene su función biológica e incluso nos es beneficioso experimentarlo de vez en cuando, el estrés crónico nos puede conducir a inflamación de bajo grado y a enfermedades físicas y psicológicas.

Sabemos que el ejercicio tiene un importante rol en gestionar el estrés. Mucha gente tiene esa sensación de “descargar” y “olvidarse de sus problemas” después de entrenar. Eso es debido a que el deporte eleva la entrada de triptófano al cerebro, produciendo más serotonina. También produce endorfinas, sustancias de “placer” que se liberan después de practicar deporte.

Más allá de la sensación placentera y reducción del estrés, el ejercicio ayuda al bienestar psicológico de las personas. Cuando los clientes van avanzando, cuando ven que lo que antes no podían hacer ahora lo consiguen sin apenas esfuerzo, aumentan la confianza que tienen en ellos mismos. Así, el deporte aumenta la sensación de control y la autoestima.

También se sabe que el ejercicio es efectivo a la hora de prevenir y tratar la ansiedad y la depresión. El establecimiento de hábitos, proponerse objetivos y tener esa sensación de avance, además de la liberación de sustancias de recompensa, son un buen aliado para la salud mental.

Higiene mental, salud y Fitness

4-Del ejercicio a las relaciones sociales

Otro factor que se ha comprobado que tiene gran influencia en nuestra salud, es la calidad de las conexiones afectivas. Sabemos que la soledad es un factor de riesgo para comportamientos antisociales, depresión y el suicidio. Y mejores relaciones sociales se asocian a menos ansiedad y depresión.

A menudo los entrenadores generan un vínculo muy potente con sus deportistas. Para personas que puedan sentirse solitarias o no tengan una rutina donde se relacionen con pocas personas (con el teletrabajo pasará cada vez más), esto puede ser de mucha ayuda.

Es más, el deporte puede ser el lugar ideal donde encontrar una nueva “tribu”, donde la persona se sienta parte de un grupo con valores similares y logros compartidos

De nuevo, un “simple” objetivo como verse mejor en el espejo, perder peso, ganar masa muscular o ponerse en forma, puede ser otra forma de mejorar nuestra salud global, generando fuertes conexiones sociales. La actividad física se convierte en experiencias y recuerdos que contribuyen a sentirnos más satisfechos con nosotros mismos.

Sociabilidad y salud en el Fitness

Conclusiones

Los entrenadores pueden tener una gran influencia con sus clientes más allá del gimnasio. Partiendo de los objetivos relacionados con el entrenamiento, se puede ir conectando el deporte con las otras piezas, calando la idea de salud integral.A partir del ejercicio, las personas pueden ir mejorando poco a poco sus hábitos alimentarios, su descanso e higiene mental, así como establecer conexiones de calidad con otros amantes del deporte. De este modo, el ejercicio se convierte en un fantástico recurso para que cuerpo y mente funcionen alineados.

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