El entrenamiento para la mujer en el Fitness y sus necesidades

Autor: Ana Alexandre, profesora de la formaciĂłn de Entrenamiento para la Mujer

A medida que vamos pasando por las diversas etapas de la vida, las necesidades de la mujer en el Fitness cambian

Ana Alexandre | Entrenamiento para la mujer

Tener una mejor comprensiĂłn del entrenamiento para la mujer y de estas necesidades especĂ­ficas, como el posparto, la lactancia y la menopausia, es esencial para obtener buenos resultados.

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Para cada una de las etapas de vida y los retos que afrontan muchas mujeres, es necesario desarrollar entrenamientos específicos. Sin embargo, cada cuerpo es único y envejece de manera distinta; no hay dos cuerpos iguales. Por eso existen diversas formas de ejecutar el entrenamiento para la mujer  y recomendaciones de estilo de vida para la consecución del mismo objetivo: mejorar la salud, incrementar el nivel de energía y retardar el proceso de envejecimiento manteniendo una buena condición física.

Adolescencia tardía – adultez temprana

En esta etapa, el cuerpo a nivel biolĂłgico se encuentra en apogeo en varios aspectos. El cuerpo es fuerte, puede desarrollar musculatura con relativa facilidad y tiene la capacidad de recuperarse con celeridad.
El error que comenten muchas mujeres en torno a los veinte años es optar sencillamente por un exceso de ejercicio cardiovascular y abdominal. Uno de los objetivos más importantes durante esta etapa de vida es conseguir una buena masa ósea y mejorar la postura. Es fundamental concienciar a las clientas de la importancia del entrenamiento con pesas. Explicarles cómo contribuye a desarrollar tono muscular y aún más importante, cómo mejora la postura y la densidad ósea, factores cruciales para poder llevar una vida activa en los subsiguientes años y prevenir la osteoporosis.

Adultez, edades comprendidas entre los 30 y 50 años

  • A los treinta
    A partir de los treinta y a principios de los cuarenta, las mujeres pierden aproximadamente 2,5 kilos de masa muscular cada diez años. El entrenamiento de fuerza es muy importante durante esta etapa. Es esencial dedicar más tiempo al entrenamiento de fuerza/resistencia para contrarrestar la pérdida de masa muscular, mantener la sensibilidad a la insulina (que ayuda a regular el azúcar en sangre y previene la diabetes tipo 2) y potenciar al máximo la densidad ósea para prevenir la osteoporosis.
  • A los cuarenta
    El ejercicio es distinto a esta edad, puesto que muchas mujeres pueden empezar a sufrir dolores o molestias. Aquí es recomendable dedicar más tiempo a la movilidad: ejercicios para prevenir lesiones, calentamientos y recuperación activa pueden resultar beneficiosos.

Embarazo

El entrenamiento prenatal se basa en que el cuerpo funcione de manera óptima, de acompañar los cambios que se producen durante el embarazo y de preparar para la recuperación posparto.

Los ejercicios prenatales previenen los cambios posturales, reducen el dolor pélvico y de espalda y mejoran el estado anímico. Durante el embarazo, el entrenamiento de fuerza es un tipo de actividad física que se puede adaptar a los cambios corporales de la mujer embarazada, al margen de la etapa de embarazo en la que se encuentre. Clases de pilates y yoga prenatales también son muy buenos durante el embarazo.

Posparto y lactancia

Si quieres mantenerte activa a nivel físico e ir retomando la intensidad de los entrenamientos gradualmente, se debe hacer hincapié en fomentar la salud de tu cuerpo. Esto incluye restablecer la fuerza del centro (zona media y abdomen) y del suelo pélvico, consumir bastantes calorías, descansar siempre que sea posible y ser consciente de la gestión del estrés.

Adultas mayores

Para las mujeres, mantener la fuerza a medida que vamos envejeciendo es la clave de la salud general y la felicidad. Los estudios demuestran que el entrenamiento de resistencia progresiva no solo mejora la fuerza muscular, sino que además mejora la capacidad para realizar diversas tareas, desde caminar y subir escalones hasta bañarse y preparar la comida.

Algunas mujeres que llevaron una vida activa en edades más tempranas continuarán practicando deporte y actividades recreativas activas hasta los setenta años largos, con escasa necesidad de tener que modificar o adaptar los ejercicios. Sin embargo, para aquellas mujeres que no han llevado una vida activa con regularidad y empiezan a entrenar con asiduidad durante esta etapa, será necesario modificar los ejercicios.

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