Cómo entrenar a personas con diversidad funcional

Las personas con diversidad funcional, al igual que las personas que se encuentran en perfectas condiciones, tienen el derecho y lo necesario para practicar algún deporte y recibir un entrenamiento físico. Este es un aspecto clave para el ser humano, ya que no solo mejora el funcionamiento del cuerpo, sino que estimula la mente, al igual que tiene un gran peso en la psicología. Lo que engloba aspectos de gran importancia como la autoestima y la capacidad de socializar e interactuar con otros.

Antes de hablar acerca de cómo ha de ser el entrenamiento de personas con diversidad funcional, debemos entender bien ¿qué es una diversidad funcional? Se trata de alguna deficiencia que puede padecer una persona, bien sea mental o física, la cual afecta las habilidades motoras, sensoriales o intelectuales de esta. Dificultando su efectiva y normal integración de manera igualitaria con el resto de la sociedad, pero no imposibilitándola, pues no supone ningún impedimento, o al menos no en la actualidad.  

Ninguna diversidad funcional es un justificativo para frenar ni disminuir la actividad física o el ejercicio del afectado. Salvo por algunas excepciones en las que sí hay que disminuir la intensidad de los ejercicios físicos, más no eliminarlos por completo, como es el caso de las personas con movimientos musculares involuntarios, o que están tratando de recuperar la movilidad en alguna parte de su cuerpo. Para entrenar, solo se requiere de fuerza de voluntad y de ejercicios y deportes tanto adecuados como adaptados a la persona y su casuística.

La importancia del deporte en la sociedad

Es importante saber que el deporte y la actividad física son elementos fundamentales en una vida de calidad, en especial para personas con diversidad funcional. El deporte es capaz de eliminar muros sociales, dando paso a una abierta participación, con una grandiosa actividad social. Además, ayuda enormemente a la salud de las personas en todos los sentidos, es decir, de manera física y mental. De hecho, es  capaz de rehabilitar enfermedades o problemas cardiovasculares, así como de perfeccionar el sistema locomotor, controlar el peso y ayudar a eliminar adicciones.

Ahora bien, cuando se trata de actividades deportivas para personas con diversidad funcional, estas deben graduarse en cuanto a su intensidad, frecuencia y duración, de acuerdo a las posibilidades de la persona. Y siempre deben realizarse bajo supervisión de personas calificadas. 

¿Cómo deben ser los deportes y el entrenamiento para personas con diversidad funcional?

1.- Deportes y entrenamientos con modificaciones

Gran cantidad de las personas con diversidad funcional son perfectamente capaces de realizar ejercicios o deportes que aquellas personas que están en perfectas condiciones, solo que con algunas pequeñas modificaciones. No es necesario crear deportes nuevos o especiales para las personas con diversidad funcional.

Ejemplo de ello sería alguien que no es capaz de correr, pero sí de caminar. Dicha persona podría jugar una versión más calmada de fútbol o de básquet, en el que no haya necesidad de correr. Otro ejemplo, sería alguien que tiene problemas con su equilibrio. Para esta persona se pueden adaptar una serie de ejercicios y de deportes, que en vez de realizarse en el suelo de la manera tradicional, se hagan en una piscina sin mucha profundidad, para que el agua le ayude.

Para modificar una actividad física o deporte, se debe hacer enfoque en alguno de los siguientes tres elementos:

  1. El entorno (el área)
  2. La metodología (normas)
  3. Los materiales necesarios

Después de hacer las modificaciones necesarias, la persona será capaz de integrarse con facilidad a un grupo con el cual interactuará, entrenando y socializando. De igual manera, se recomienda que la persona que vaya a entrenar y practicar algún deporte, cuente con un buen seguro médico, por si llegase a ocurrir alguna lesión o algo por el estilo que amerite de atención médica.

2.- Entrenamiento con enfoque

Otra posibilidad de entrenamiento para las personas con diversidad funcional, es aquel en el que de acuerdo a la discapacidad de la persona, se enfoque en una determinada habilidad o zona del cuerpo. Para ello, se elabora un programa de ejercicios con tal enfoque. Por ejemplo, una persona con deficiencias cardiovasculares, debe entrenar para mejorarlas, al igual que su resistencia.  Mientras que una persona con movimiento reducido, debe tener un entrenamiento que mejore y estimule su flexibilidad y movilidad, realizando una serie de estiramientos, entre otros ejercicios con esa finalidad.

3.- Entrenamiento que busque fortalecer músculos

Dar fortaleza a los músculos, es un aspecto que no se debe descuidar bajo ninguna excusa. Esto se debe a que si los músculos no se entrenan ni fortalecen, se van debilitando cada vez más, hasta el punto de limitar el movimiento de la persona, afectando enormemente su vida, ya que se perdería la independencia. 

Para ello existen ejercicios especiales de fortalecimiento de músculos, que pueden ser tan simples y llevarse a cabo incluso con actividades como caminar, trabajar o jugar. 

El fortalecimiento de los músculos debe llevarse a cabo tanto por las personas sin diversidad funcional como por las que sí las poseen. Salvo algunas excepciones, como es el caso de las personas con movimientos musculares involuntarios, o que se encuentran tratando de recuperar la movilidad en alguna zona de su cuerpo. Estas necesitan un entrenamiento más suave y adecuado a ellas.

¿Cómo entrenar a personas en sillas de ruedas?

A continuación, procederemos a hablarte de cómo debe ser el entrenamiento de aquellas personas cuya situación les obliga a estar en una silla de ruedas. 

Ten en cuenta, que encontrarse en una silla de ruedas no es impedimento alguno para entrenar, pues existen maneras de hacer ejercicios cardiovasculares, así como de fortalecer los brazos, que son especiales para personas en esta situación. Y no solo esto, en la actualidad hay muchos programas de entrenamiento y deportes modificados para quienes necesitan de estas sillas. Como el básquet y carreras o competiciones en silla de ruedas. 

Lo primero es el calentamiento, el cual debe realizarse siempre antes de empezar con algún ejercicio, en especial si sus músculos están fríos y con mucho tiempo sin actividad alguna. Para esto, se recomienda la ayuda de un terapeuta físico, quien ayudará con los estiramientos correspondientes.

Posteriormente, después de terminar con los estiramientos y el calentamiento, se puede dar paso a los ejercicios. Uno muy bueno y efectivo es el que hace uso de bandas de resistencia, este sirve más que nada para el fortalecimiento de músculos de aquellas personas que necesitan de una silla de ruedas, pues de unen a ella con gran sencillez. Y es que, dichas bandas, tienen una gran flexibilidad y son de pequeño tamaño, lo que las hace fácil de llevar e instalar.

Para finalizar, una vez culminado el entrenamiento, se deben estirar una vez más los músculos trabajados, y realizar ejercicios de respiración profunda, acompañada con algo de meditación. Y es que, la capacidad pulmonar tiene una gran importancia a la hora de practicar cualquier deporte o entrenamiento, por eso debe ser practicada, incluso con fisioterapia respiratoria.

 

Entradas recientes